14 al 18 de julio de 1969: la Guerra del Fútbol, un conflicto absurdo

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14 al 18 de julio de 1969: la Guerra del Fútbol, un conflicto absurdo.

Honduras y El Salvador tuvieron un conflicto armado a causa de un partido de fútbol; una amarga experiencia para reflexionar y aprender.

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1. Recordando un hecho absurdo
La Guerra del Fútbol fue un conflicto entre Honduras y El Salvador, así denominada pues tuvo un pretexto para ser iniciada, así como la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis afirmaron en septiembre de 1939 responder a provocaciones armadas por parte de Polonia.
Este aparente motivo fue la serie de incidentes después de un partido de fútbol que enfrentara a las selecciones nacionales de ambos países en las eliminatorias del Campeonato Mundial de Fútbol de 1970 a celebrarse en México.
Estos incidentes mostraron los problemas políticos entre ambos países, que llegaron a partir de ellos a un conflicto armado, también denominado Guerra de las Cien Horas.
Después de los disturbios Honduras y el Salvador rompieron relaciones diplomáticas; la situación no se calmó y aviones del primer país atacaron un convoy militar salvadoreño. Siguieron otros incidentes armados hasta llegar en pocas horas al estado de guerra.
Todo esto a partir de un gol del futbolista salvadoreño «Pipo» Rodríguez en México, el 27 de junio de ese año, que en un partido de la selección de ese país contra la de Honduras lograra la clasificación para el Mundial.
2 El contexto del conflicto
El Salvador tenía problemas económicos, además de una gran densidad demográfica, y el sector fabril no podía absorber a quienes buscaban trabajo. Esto llevó a que muchos salvadoreños emigraran a Honduras en busca de un futuro mejor. Pero en este país su presidente, el coronel Oswaldo López Arellano, no podía conseguir inversión para la obra pública y estaba presionado por quienes exigían una urgente reforma agraria. Ambos países estaban gobernados por miembros de las fuerzas armadas.
3. Pretextos para la guerra
Los incidentes de aquel partido fue sólo el emergente de rencores entre ambas naciones. Había un conflicto fronterizo no resuelto, según recuerdan los testimonios de la época. A esto se suman intereses norteamericanos en la región. Estos intereses en Honduras son de dos importantes compañías: la United Fruits y la Standard Fruits, mientras que la mayoría de las exportaciones de El Salvador iban a Estados Unidos.
4. Un conflicto contra América toda
Con esta guerra se frustró la posibilidad de concretar un anhelo de los Padres de la Patria de esos países, esbozada en 1821: la Unión Centroamericana, para defender los intereses de naciones ricas en productos aunque pequeñas en superficie.
Fue un conflicto doloroso, por lo que significó en cuanto a pérdidas no sólo materiales sino, lo más grave e irreparable, de vidas humanas, unas cuatro mil.
Aquella guerra duró del 14 al 18 de julio de ese año, concluyendo gracias a la mediación de la Organización de Estados Americanos. En 1992 la Corte Internacional de La Haya falló sobre el conflicto limítrofe, dando la mayor parte del territorio en disputa a Honduras.
5. Memoria para no olvidar
Ha pasado tiempo desde aquella guerra breve en el tiempo pero con secuelas dolorosas, pero el proyecto de la Unión Centroamericana sigue vigente, como una forma de unir a los países más desprotegidos ante las grandes economías del mundo.
Por otra parte aquellas naciones, que entonces tenían gobiernos militares y hoy están en democracia, tienen nuevos elementos para encontrar coincidencias que permitan dejar atrás tiempos de violencia para construir en paz un destino común.
6. Compitamos para construir la paz
Ningún motivo es válido para que los pueblos se enfrenten por medio de las armas; siempre es necesario agotar las vías del diálogo.
Aquella guerra hoy nos parece lejana en el tiempo y quizás en la distancia. Pero quienes buscan inculcar el odio entre países hermanos siguen agazapados en la sombra, esperando.
No dejemos que los mercaderes de la muerte obtengan su objetivo; defendamos la paz entre los pueblos evitando que cualquier pretexto, por mínimo que fuere, la quiebre para llevar al ser humano a conflictos armados sin motivo.
Construyamos la paz y habremos jugado la mejor gesta deportiva, en la que todos ganaremos. Alberto Auné

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